Lo que está por venir... o no

Llevamos un mes en 2012 pero en el planeta boxeo todavía es una fecha a estrenar. Las peleas de mayor repercusión se encuentran en las categorías medianas y, estas, viven un clima de incertidumbre fruto de la dependencia actual del propio deporte de dos de las mayores estrellas de la actualidad, cuya luz ciega cualquier paso que se dispongan a dar los demás.

Febrero es el encargado de dar la bienvenida a las primeras noches con protagonistas relevantes, como son Nonito Donaire, Andre Berto, Víctor Ortíz , Vitali Klitschko o JC Chávez Jr, pero más allá poco se dilucida todavía. Una escena nada extraña en la actualidad social aparece: hay más estrellas paradas ahora mismo que con planes de actividad.

Pero ojalá que todo fuese tan complicado de resolver como esto. Cuando Floyd Mayweather y Manny Pacquiao se pongan de acuerdo en su desacuerdo, el resto de piezas irán encajando solas con total naturalidad. Lo cierto es que Floyd peleará el 5 de mayo en Las Vegas, contrato mediante lo asegura, y posiblemente ante Miguel Ángel Cotto.

No sabemos si su intención era otra, pero el boricua es el favorito para hacer la que supuestamente iba a ser “la mayor pelea posible. El filipino podría decantarse por un combate de ‘preparación’, pensando en un futurible enfrentamiento con Mayweather en noviembre, ante un peligroso Timothy Bradley. Así JM Márquez olvidaría añadir otro capítulo a su serie con ‘Pacman.

Sergio Martínez maravilla

El mexicano estaría interesado en un nuevo cinturón y Lamont Peterson sería buen trofeo de caza, si Amir Khan no se interpone, con sus amigos de los despachos, con una inmediata revancha. Este rompecabezas puede quedar finalmente resuelto en unos días, ya que el tiempo pasa y el dinero no ganado es dinero que no vuelve. Y eso a nadie le interesa.

Se echa de menos en estas quinielas a Sergio Martínez, quien se ve obligado a combatir con boxeadores de alto nivel pero de poca atracción, lo que provoca que no saque el máximo provecho a sus últimas peleas en activo y que los aficionados no puedan ver al campeón ante los, teóricamente, mejores. Pero quién sabe lo que nos espera este año.

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