Margarito se marchita

El ‘Tornado de Tijuana’ no ha soplado tan fuerte como en su primer encuentro contra Miguel Ángel Cotto, allá en un lejano 2008, y ha permitido que el boricua se tome su 'vendetta' particular, tal y como se presumía, para ser honestos. El combate discurrió sin trifulcas y con un dominio total por parte del campeón, bien preparado física y tácticamente, dosificándose.

Y metiendo el dedo en el ojo ajeno. El punto débil de Antonio Margarito era ya mundialmente conocido y la mayoría de los golpes fueron diseñados para causar el mayor desgaste posible. Y funcionó, quedando tuerto en los primeros asaltos y siendo su perdición por prescripción médica. El mexicano se lo jugó todo a una carta, a encontrar un KO salvador.

Pero esta vez no llegó. Es cierto que, por momentos, Cotto parecía flojo de piernas e incluso se paraba innecesariamente a combatir en las trincheras, cabeza con cabeza, quedando su rostro más arañado que el de su rival, pero fue claramente superior. Si el destino les hubiera llevado hasta el final, se encontrarían con una victoria unánime para el vigente titular. Y con un derrotado con un ojo más hinchado.

En este deporte un guerrero sobrevive si tiene dos elementos al 100%: la mente y el cuerpo. Margarito demuestra que conserva ese hambre, ese corazón, “moriré en el ring si es necesario” es su filosofía, por muy estúpida que le parezca a Cotto. Pero el otro elemento falla. Se le nota lento, sin la chispa explosiva, llegando esa decisiva fracción de segundo tarde. Además de su salud…

A estas alturas cabe recapacitar y ver las cicatrices que uno tiene en el cuerpo de tantas y diferentes guerras sobrevividas. En los últimos tiempos, Margarito viene de recibir duras palizas a manos de Shane Mosley, Manny Pacquiao y, ahora, de Miguel Cotto, ganando sólo una de sus últimas cuatro peleas. Es joven, 33 años es una edad óptima para el boxeo actualmente.

Pero lo que importa no son los años, sino el uso dado a los mismos. Margarito ya no es un boxeador top. Sólo tiene una marcha, salir a noquear, pero no es suficiente y parece algo quemada. Debe tomarse su tiempo y volver a buscar victorias que le devuelvan crédito. O bien, dedicarse a su familia, vivir acorde con su riqueza, ser feliz fuera del ring con salud. Al fin y al cabo, ese es el título más importante.

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